Ahí estaba yo, en
la penumbra de ese callejón. Caminando lentamente. Iba detrás de ti pero cerca.
Muy cerca. Seguía tus pasos, uno tras otro. No sé a dónde querías llevarme. Ni
siquiera sé si sabías a donde llevarme. Pero ahí estaba yo, detrás de ti, desde
que nos metimos en ese callejón vacío. La luz entraba de la calle perpendicular
por la que habíamos entrado. Y me bañaba toda la espalda.
Estuviste toda la
noche indecisa desde que salimos del local de turno. Pero desde que giramos a
la derecha y entramos en este callejón, tomaste las riendas y caminabas con
firmeza. Y ahí estaba yo, persiguiendo a una desconocida.
Seguí tus pasos y
ellos me alejaron de ti. La luz se iba desvaneciendo y te perdí, quedando yo
sólo en ese callejón oscuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario